Se considera cabrito a las crías de la cabra que tienen entre 30 y 45 días, por lo que aún no se alimentan por si solas.
Cuenta la leyenda que un pastor que tenía cabras estaba lejos de su casa y ya sin comida. En un accidente un cabrito se cae y fallece, por lo que el hombre decide aprovechar la situación para poder preparar algo de comer. Así que haciendo uso de la única herramienta que llevaba, un cuchillo, decide limpiar al animal y ponerlo en una vara para poder asarlo en una fogata. De ahí que el nombre del platillo sea “cabrito al pastor”.
Este tradicional platillo es muy común en Monterrey y se puede encontrar en una gran variedad de restaurantes, donde la forma de prepararlo varía, ya que algunos lo hacen a la manera tradicional y en otros ya cuentan con hornos especiales para prepararlos.